"La electroquímica en el ambiente".
La Ingeniería Electroquímica es una disciplina científica y tecnológica que
tiene como objeto de estudio el diseño y la operación de los equipos y procesos en los que se produce interconversión entre energía química y eléctrica.
Su estudio es fundamental para comprender numerosos procesos que en la
actualidad son base de la economía mundial: desde los que se desarrollan
en la industria cloroalcalina y que permiten la obtención del cloro y la sosa,
hasta los procesos de electrorrefinado de metales que permiten la mejora en
la calidad de metales, pasando por la electrosíntesis orgánica, a la que, entre
otros desarrollos, se debe la producción eficiente de algunos medicamentos
y de polímeros. Asimismo, es importante desde el punto de vista de las nuevas soluciones energéticas, que pasan por las siempre novedosas celdas de
combustible, con las que se pretende conseguir una conversión más eficiente
–que la que consiguen los muy desarrollados motores térmicos– de la energía
química contenida en un combustible en energía eléctrica.
En este contexto, los primeros años de vida de la ingeniería electroquímica
han coincidido con una mayor sensibilización social hacia la conservación del
medio ambiente.
De este modo, comenzaron a estudiarse las primeras aplicaciones
medioambientales de la ingeniería electroquímica, en las que se utilizaban estas tecnologías para el tratamiento de efluentes líquidos, gaseosos
y de suelos. En algunas ocasiones, estas aplicaciones se han convertido
en tecnologías de referencia, debido a las muy buenas propiedades del
reactivo que utiliza: el electrón. En general, los procesos electroquímicos
de remediación ambiental presentan una serie de ventajas respecto a las
tecnologías no electroquímicas, con las que entran en competencia. Entre
otras, destacan las siguientes:
*No se utilizan reactivos químicos, dado que el electrón es el único “reactivo”
intercambiado.
*Los procesos electroquímicos se suelen desarrollar a presión atmosférica y a temperaturas próximas a la temperatura ambiente. Por tanto,
el ahorro en los materiales de construcción de los procesos es evidente,
siendo la inversión muy inferior a la requerida en sistemas tales como
la incineración o la oxidación supercrítica.
*El equipo que se requiere para el tratamiento es muy sencillo, en comparación con el que se utiliza en otras técnicas de remediación como,
por ejemplo, la ozonización. El componente central de este equipo es un
reactor electroquímico, en el que el agua a tratar entra en contacto con
dos electrodos, entre los que se establece una diferencia de potencial por
medio de una fuente de alimentación. Esta diferencia de potencial provoca la movilidad de electrones y las correspondientes reacciones de
oxidación en uno de los electrodos y de reducción en el otro.
mediante los procesos electroquímicos se pueden llevar a cabo reacciones que necesitan grandes cantidades de energía (hasta
50 kcal/mol) a temperatura y presión ambiente, simplemente ajustando adecuadamente el potencial de la celda. Se puede utilizar, además, la corriente
eléctrica como agente oxidante (en el ánodo de la celda) y reductor (en el
cátodo). Se dispone del reactivo fácilmente y en todo momento a partir de la
red eléctrica. No es necesario almacenarlo, ni inventariarlo. Y se dispone de
él justo en la medida en que se necesita. Además, en cualquier proceso electroquímico se genera un campo eléctrico entre el ánodo y el cátodo, que actúa
como fuerza impulsora en la migración de iones entre ambos sistemas. Este
fenómeno se puede utilizar en combinación con la tecnología de membranas
para la separación de iones en medios líquidos.
https://www.goconqr.com/mindmap/1716356/4-7-6-nano-qu-mica-propiedades-fisicoqu-micas-no-convencionales-de-pol-meros-catenanos-y-rotaxanos
https://www.goconqr.com/mindmap/1716356/4-7-6-nano-qu-mica-propiedades-fisicoqu-micas-no-convencionales-de-pol-meros-catenanos-y-rotaxanos
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